sábado, 30 de junio de 2007

Las capitales del tango



Las capitales del tango

Sergio Esteban Vélez

Por estos días, Medellín vive su primer Festival Internacional de Tango. Eventos tan completos y bien organizados como este contribuyen a que esta ciudad, que desde hace más de 80 años ha venido acopiando un increíble acervo tanguístico, vaya avanzando en su posicionamiento internacional en este campo.
Es increíble que ninguna de nuestras administraciones haya hecho lo pertinente por aprovechar la inigualable tradición tanguera de Medellín (y su condición, como el lugar que dio a Gardel para la vida eterna), para su consolidación como Capital Mundial del Tango, categoría que, perfectamente, podría alternar con Buenos Aires. Las clases populares de estas dos ciudades, en gran parte, han hecho, por decenios, catarsis de sus problemáticas, a través de las letras de los tangos, con las que se identifican.
Especialmente en Buenos Aires, tierra de hijos de inmigrantes nostálgicos. Allí, se forjó y desarrolló este ritmo, con todo el ambiente social y cultural que él produjo en gran parte de Occidente. A lo largo del siglo XX, el tango fue, sin lugar a dudas, el eje del orgullo de la nación gaucha, la cual, gracias a él, tuvo presencia en los grandes salones europeos. Hoy, Argentina, cuando está tratando de superar una grave tribulación económica (que, por lo general, en cualquier comunidad exacerba la necesidad de la búsqueda de elementos de autoestima y de unión patriótica), ha acudido de nuevo al tango, como elemento esencial de su patrimonio artístico y ha revivido el auge de interés por el mismo, lo que, como valor agregado, puede traer una fuente de ingresos monetarios, en varios sectores de la economía.
Alcanzan gran popularidad las orquestas que, en las plazas bonaerenses, tocan las piezas maestras de este ritmo, ante multitudes, y las clases gratuitas de tango que se dan a los turistas por doquier. Cuando se camina por calles emblemáticas como “La Florida”, es frecuente encontrar bandone-onistas y cantantes interpretando tangos metafísicos, como la “Balada para un loco”, de Piazzolla. La ciudad en las noches se viste de tango y tiene centenares de lugares, muchos de ellos de fama mundial, que rinden homenaje a este ritmo. Sus importantes compañías ballet se han dedicado a coreografiar tangos y la iconografía tanguística en museos especializados es de elevada calidad y cantidad.
Medellín, por su parte, ciudad donde murió Gardel, se convirtió después de aquel suceso en un santuario a la memoria del Zorzal Criollo. Destacados son el Museo Casa Gardeliana y los bares tangueros del Centro y de Guayaquil, estípites de una casta de geniales intelectuales, como Manuel Mejía V., que inmortalizó aquel ambiente en su novela laureada “Aire de tango”, o Darío Ruiz G., Ó. Hernández, Elkin Restrepo, Jorge Franco V., Jaime Jaramillo P. y otros literatos (incluso el ex presidente Betancur), para quienes el tango que ha respirado esta villa ha sido inspirador de su producción escrita. Esa misma pasión invadió a artistas plásticos, como Dora Ramírez, con su “Gardel en llamas”, obra pionera de nuestro Pop Art e imagen del telón de boca del T. Pablo Tobón U. Contamos, además, con la avenida y la plazoleta “Carlos Gardel”, con una imponente estatua del “Morocho del Abasto”.
A través de los años, contrario a lo que podría pensarse, en Medellín, no ha cesado el interés de gente de todas las clases sociales, por el tango, y este ritmo es tal vez el único en cuya devoción coinciden abuelos, hijos y nietos.
Medellín, a su vez, ha sido cuna de distinguidos autores y compositores de letras y de música para tangos de índole popular o de refinado vanguardismo. Sorprenden la masiva participación de nuestros paisanos en los campeonatos mundiales de Tango y las altas posiciones que casi siempre ocupan en los mismos (Colombia este año detenta el primer puesto en el más importante torneo de esta naturaleza).
Todos los escenarios y procesos vivenciales mencionados anteriormente, siempre agobiados por el dolor humano, que el tango describe y resana como ningún otro ritmo popular en el mundo, con su sicología intrínseca, tanto en sus palabras, como en sus melodías, y lo poético de su historia misma y de las de sus protagonistas, sumado a lo que ha representado en nuestra Historia, es lo que en Medellín deberíamos aprovechar en un gran proyecto del que debería apropiarse la próxima alcaldía.
Medellín y Buenos Aires, capitales mundiales del Tango, un plan que, centrado en la actualidad de estas ciudades, nos dejaría saber por qué la poesía del tango ha calado tanto y con tal misticismo en el alma de estas tierras escogidas, las más representativas de su fervor.

(El Mundo)

José Rúa : Los cafés de Guayaquil



Conferencia sobre Los Cafés de Guayaquil
José Rúa
Esta conferencia versó sobre un tema poco tratado, y que nos enseña la evolución de estos ligares, el crecimiento de la ciudad, el carácter de estos cafés, el ambiente, la preferencia musical de los tangueros, las anécdotas de un barrio que fue creciendo hasta convertirse en el centro comercial de la ciudad con una vida nocturna rica.
El conferencista nos entrega datos de primera mano ya que él nació en Cúcuta con San Juan y posee vivencias que envidiaría cualquier novelista.
La charla estuvo matizada con los tangos de preferencia en diversas épocas y fue invitada una pareja de baile que hizo la charla más amena. Dicha charla se llevó a cabo en la Casa de la Edad Dorada de Comfenalco situada en Prado Centro.
Miércoles 27 de junio.

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miércoles, 27 de junio de 2007

Junio 24 (2): Homenaje a los grandes del tango en Medellín

Cálido reconocimiento a personas del tango: Leonardo Nieto, Jaime Jaramillo Panesso y Hernán Caro (quien no estuvo presente) merecedores no sólo de la medalla Porfirio Barba Jacob sino el
agradeimiento por su interés y tesón en esta actividad tanguera.
Fotografías:
1, 2, 3, 4 y 5: Condecoración a Leonardo Nieto y a Jaime Jaramillo de parte de la Alcaldía, palabras del Secretario de Cultura Ciudadana Jorge Melguizo en compañía de la Vicesecretria de Turismo Luz Helena Naranjo y Wilsón Vélez, director artístico del Festival.
6: Presencia colombiana en el festival
7: Público animadísimo.
8, 9 y 10: Sexteto Tango con Abel Córdoba y la compañía de Wilsón Vélez.

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Fotos: V.B.





































24 de junio en la noche: Plazuela Carlos Gardel





Aeroparque Olaya Herrera
Junio 24
En la noche fue la apoteósis, el gran público presente demostrando su afición por el tango
y la presencia masiva en estos eventos de ciudad.
Total el Festival es todo un EXITO
Fotografias:
!. Ada Romáb la cantante colombiana que nos demuestra su talento y su derroche de vitalidad.
2. María Elena Montoya bella y talentosa acompañada de Luis Alfonso Gil, Dadid y Alexis.
3 y 4: Los bailarines de tango muestran sus dotes.
5: Público entusiasmado.
6: Hugo Marcel quien mostró su carisma al echarse el público al corazón con su bella voz y su amabilidad.
7: Quinteto de Jorge Dragone.
8: Mabel Aguilar esa dama de exquisita voz y extrema simpatía.
9: El gran Roberto Ayala que ha pesar de la alta noche nos demostró como es una presencia de la voz de Buenos Aires.
10: Despues de cantar con el Quinteto de Jorge Dragone, José Luis Rocha nos sorprendió con una despedida: Flores Negras.







La noche en que Borges conoció a Gardel

La noche en que Borges conoció a Gardel

Se habrían visto fugazmente en una pulpería de Tacuarembó

Juan Manuel Bordón

Era difícil hacerlo hablar de Gardel a Borges. Uno le preguntaba: '¿No le parece que fue un gran cantor criollo?', y el contestaba 'y sí... por qué no', como diciendo 'me importa muy poco'", cuenta el narrador uruguayo Enrique Estrázulas, que acaba de desempolvar, en el diario El País, de Montevideo, fragmentos de una entrevista inédita a Borges. En las pocas líneas que le dedican al tema, Borges habla de la presunta noche en que conoció a Carlos Gardel.
"Gardel era un paria oriental que murió quemado. Tal como Homero, cantaba por las provincias, errabundo e indocumentado, hasta hacerse famoso. Lo vi en Tacuarembó, una sola noche, en una pulpería. El local estaba entorpecido por bolsas, cueros y barricas de yerba. Tenía un alto enrejado sobre el mostrador. Todos los parroquianos estaban pendientes del joven cantor. Me lo presentó Enrique Amorim y Gardel me sonrió sin decir nada. Estaba templando la guitarra", dice la entrevista que cita Estrázulas y que Francisco Lanza le habría hecho a Borges en su departamento de la calle Maipú, un año antes de su muerte en Ginebra. "El reportaje estaba inédito porque Lanza también murió un año después, en 1986, aunque antes me dio una copia a mí. Lanza no era periodista sino escritor, pero hizo la entrevista porque admiraba a Borges. Yo estoy convencido de que el encuentro fue real. Lanza también. De todas maneras, cada cual lo armará como le parezca, pero Lanza no podía escribir así, sale por todos lados que está hablando Borges", cuenta Estrázulas sobre esa posible noche en que Borges entró junto al escritor uruguayo Enrique Amorim a por una copa de caña que le aliviara la gripe a este último. Habría sido en una pulpería de Tacuarembó esta cumbre Borges-Gardel, literaria por donde se la mire. El supuesto Borges describe el rasgar de una guitarra como lo hacía en su cuento El fin, pero esta vez los acordes no vienen del Moreno que espera a Fierro sino de un morocho y taciturno Gardel, que parecía esperar a Borges. "Era una noche muy fría. (...) Saludamos al cantor y éste respondió el saludo con la misma sonrisa. Ese recuerdo mío data de 1917 o 1918", dice el Borges de la entrevista.
El problema es que Borges, el memorioso, estaba por esa época en Europa, de donde recién volvería en 1921. Amorim, el otro testigo de ese encuentro mítico, murió antes que Borges. Fabuloso o no, que se encuentren después de tantos años bien vale la pena. Ah, por cierto, en la entrevista de Lanza, Borges lo dejaba bien clarito: Gardel, "aquel trovador mítico", era uruguayo.
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La versión que dejó Bioy
En "Borges", el extenso diario de Adolfo Bioy Casares sobre su amistad con Borges, el autor de "El Aleph" niega el encuentro. "Nunca lo vi (a Gardel). Una vez fui con Mastronardi a un cinematógrafo a ver 'La batida', con George Bancroft; anunciaron que Gardel iba a cantar al final: nos fuimos sin oírlo, porque no queríamos que el efecto del film se nos arruinara", le dice a Bioy en la entrada del 2 de setiembre de 1957. No contento, Borges se extiende en un retrato bastante menos amable que el que le habría hecho en 1985 a Francisco Lanza. "La cara de Gardel era la típica cara del otario. Malevo, sí, pero malevo soso". Esa misma noche, se les ocurre la idea de "una biografía de Gardel en la que se dijeran cosas inconvenientes, como sin darse cuenta. Que era provenzal, que se llamaba Gardez, que era el zorzal francouruguayo, etcétera..."

martes, 26 de junio de 2007

Gardel en Manrique 72 años no es nada



Gardel 72 años no es nada, 24 de junio del 2007
Como cada año los adictos a Gardel en Medellín le realizan su recordatorio. Es un rito donde asiste la Asociación Gardeliana de Colombia, el Comité de Tango de Niquía, y otros amigos. El rito sale de la Casa Gardeliana y cerca se le colocan algunas ofrendas florales, nuestro dilecto amigo Javier Ocampo dijo algunas palabras, luego cantaron la exquisita Mabel Aguilar y el siempre amable José Luis Rocha.
Entre los asistentes vimos a Gabriel Soria del canal Solo Tango de Argentina, a un hombre de tango como Hernán Caro, a don Leonardo Nieto, al profesor Jairo Alarcón.
Lo que demuestra que en este tipo de eventos el tango y esa relación de hermandad entre Buenos Aires y Medellín cada día goza de muy buena salud












Cómo y por qué murio Gardel en Medellín.


Cómo y por qué murió Gardel en Medellín

"De todos los antecedentes consultados, me permito estimar, no categóricamente, pero si muy factiblemente, que el avión no se desvió, el piloto lo desvió y ello, sumado a otros factores conocidos, produjo el choque".

DR. GABRIEL EDUARDO BRIZUELA -

CATEDRáTICO TITULAR DE HISTORIA CONTEMPORáNEA. FACULTAD DE FILOSOFíA, HUMANIDADES Y ARTES, UNSJ.

De entre los restos retorcidos de dos aviones trimotores en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, que colisionaron entre sí, se rescataron varios cuerpos, entre ellos el de Carlos Gardel. Era el 24 de junio de 1935, hace 72 años. El cadáver fue reconocido por su excelente dentadura, por una pulsera de plata con su nombre y por algunos detalles más. En la morgue se le extrajo una bala junto al pulmón izquierdo y desde allí se habló de un tiroteo a bordo y muchas fantasías. En realidad, el proyectil Gardel lo llevaba hacía 20 años exactos, desde el 11 de diciembre de 1915, cuando después de festejar su cumpleaños en el Palais de Glace -Recoleta-, se trasladó al famoso Armenonville -hoy Alvear y Tagle-, antro de los guapos de la noche, donde recibió el balazo en un entrevero de los duros del 900.
Esos datos son meramente introductorios y lo que aquí se busca es analizar cómo fue en realidad el accidente que terminó con la vida de uno de los más grandes mitos populares argentinos.
El grupo de trabajo de Gardel, se embarcó en el muelle 15 del East River, para seguir con el periplo de trabajo y descanso, que terminó en Medellín.
Hay que recordar que las líneas aéreas en ese momento que disputaban el mercado, eran SCADTA (Sociedad Colombiano-Alemana de Transportes Aéreos), fundada apenas terminó la Primera Guerra Mundial, con aviones de diverso tipo y con pilotos alemanes. La otra compañía era la SACO (Servicios Aéreos Colombianos), con un perfil más de línea nacional, fundada diez años más tarde, o sea, en 1929, el año de la Gran Depresión. Su fundador sería el piloto del avión donde moriría Gardel: Ernesto Samper Mendoza.
Así pues, el 20 de junio de 1935, Thom, el piloto del avión de SCADTA, al despegar en el aeropuerto de Bogotá, hizo una pasada rasante sobre el avión de Samper Mendoza. Esta arriesgada maniobra quedó documentada en una denuncia ante las autoridades de la aviación civil colombiana. El día 24 a las 11, en el aeropuerto de Techo, Gardel se embarca en un trimotor de la compañía SACO al mando del inglés Stanley Harvey, partiendo de Bogotá sin problemas, cruzando la cordillera y dando una clara idea que el avión estaba en óptimas condiciones. En Medellín esperaba Samper Mendoza. Mientras en este último punto se revisaba el avión del piloto alemán, el dueño de la compañía rival -Samper Mendoza- y Gardel, bebieron whisky en un pequeño copetín. Cuando todos los pasajeros abordaron ambos aviones, Hans Thom maniobró su avión sobre el pasto hasta quedar detenido cerca de la pista central en momentos que el avión de Gardel levantaba vuelo desde la cabecera de la pista.
Por un instante Samper inicia el carreteo para despegar, pero después de varios metros, se desvía en dirección al avión del alemán -a su derecha- y levanta vuelo, pero en vez de girar hacia Cali, intenta hacer la misma maniobra mezclando arrojo, alcohol, y un avión en el límite de la carga, tratando de devolver la arriesgada maniobra de la cual él había sido objeto.
En el choque inevitable murieron quince personas -incluido Gardel- transportados en los dos aviones.
En el estudio de la causal técnica, el comodoro Luis Eduardo Ortiz (63 años y 35 en estudio de siniestros) ha analizado minuciosamente el siniestro. A esto llegó por influencias de su padre, ya que Ortiz es nacido unos 8 años después del accidente. Ya como integrante de la INAC y ser miembro de la Fuerza Aérea, tuvo acceso al expediente -informe oficial- concluido el 1 de Febrero de 1936 sobre el accidente.
Ortiz dice: "El avión donde viajaba Gardel era un trimotor Ford matrícula F31, de ala alta y tren de aterrizaje rígido, fabricado en Estados Unidos con motores a hélice y de 420 HP; el avión era el modelo 5-AT". Este historiador agrega que la configuración era: tres motores, uno debajo de cada ala y uno en la nariz.
Me permito estimar, no categóricamente, pero si muy factiblemente, que el avión no se desvió, el piloto lo desvió y ello, sumado a otros factores ya conocidos, produjo el choque. Samper Mendoza tenía todo en contra. Y es posible que toda la responsabilidad del accidente recaiga sobre él, pura y exclusivamente.
"El piloto Samper Mendoza había traído su avión desde la fábrica en Estados Unidos, volando y lo manejaba en esta oportunidad", dicen los reportes de época. El aeropuerto -aunque la palabra haga relación a una pista de aterrizajes- bastante diferente a lo que hoy conocemos, no tenía torre de control y todo se hacía por banderilleros -como en la F1- u otras carreras de auto, así que el método era seguro dada las velocidades de la época. El avión carreteó y se dirigió a la cabecera de la pista -esto era decisión del piloto-, o sea que el piloto colombiano conocía la pista bastante, más que al avión que comandaba. Así comenzó su aceleración desde la cabecera Sur, en tanto a unos 80-75 metros de la pista esperaba el otro avión. La Nación publica en su edición del 24 de Junio de 2005, un diagrama donde se cometen -a mi muy modesto entender- dos errores: el avión llega y dobla en la cabecera de la pista desde otra inexistente y vira luego a 90°.

"En el decolaje se desvió levemente a la izquierda, pero Samper Mendoza lo corrigió -¿Estaba ensayando la maniobra?- y a los 450 metros el avión experimentó un desvío a la derecha de unos 25°, se elevó un poco y tras recorrer unos 175 metros, se estrelló contra el otro trimotor que aguardaba". El choque fue en medio de una bola de fuego y metales retorcidos, casi de frente, y el motor izquierdo del avión de Gardel impactó con el motor derecho del otro trimotor.
Lo cierto es que si uno observa la trayectoria, Samper Mendoza hilvanó el desvió con la corrección y siguió derecho hacia el avión que esperaba fuera de la pista. O sea, que ya a cierta velocidad hizo una maniobra ex profeso para hacer más larga la recta del despegue, maniobra a la que se recurre en automovilismo y que consiste en no ceñirse a la cuerda, hacer la curva ancha y empezar a acelerar con una recta más larga. De hecho, la maniobra quedó marcada en la pista.
La otra discrepancia académica y técnica con el comodoro Ortiz, se refiere a su evaluación de la habilitación de Samper Mendoza, en la que afirma que "...tenía licencia habilitante ....y estaba psicofisiológicamente apto". En realidad eso estaba escrito en su carnet de conducir o licencia, en el caso de aviones, pero no al momento del accidente: mal dormido y con una considerable cantidad de alcohol en la sangre por el ágape, además de estar frío para retomar la marcha del avión.

Cortesía Diario de cuyo Argentina

Recepción en el Hotel Nutibara


Este encuentro entre los diversos invitados y participantes sirvió para reunir la gemte de tango de la ciudad.
Fotos 1 y 2: Sexteto tango.
Foto 3: Wilson, Augusto y Gabriel Soria de SoloTango
Foto 4: Augusto, Gabriel Soria y Chepe.
Foto 5: Amiga de Augusto, Mabel Aguilar, José Luis Rocha y María Soledad Londoño.
Foto 6: Freddy Pittid y Javier Ocampo
Foto 7: Federico Restrepo y Oscar Pelayes.
Foto 8: María Elena Montoya.
Foto 9: Marco Mejía y Malevo.
Foto 1o: V.B., Hugo Marcel y Martín
Foto 11: Invitados
Foto12: Gabriel y sus mujeres junto a Augusto
Foto 13: Alejandra y el maestro Rodrigo Montoya
Foto 14: Junto a la esposa de Hugo Marcel y el maestro Jorge Dragone.
Foto 15 y 16: Quinteo de Jorge Dragone y Roberto Ayala..
Foto 17 Fernando, amiga y Martín
Foto 18: Chepe y Mabel.
Foto 19: Los Balmaceda.
Foto 20: Augusto y su amiga
Foto 21: Alejandro y Alejandra
Foto22: Invitados
Fotografias de V.B.